LA RESPONSABILIDAD INDIVIDUAL


La Real Academia de Lengua define al socialismo como el “sistema de organización social y económica basado en la propiedad y administración colectiva o estatal de los medios de producción y distribución de los bienes”. 

Ofrece un mundo de igualdad generado por la organización colectiva y la planificación estatal.

El único inconveniente, demostrado históricamente, es que quienes lideran estas revoluciones, terminan viviendo mejor que el resto de la población.  Tienen prebendas y eso los convierte en menos iguales a los demás.

El resto, se traga el cuento de la igualdad, mientras los líderes alertan sobre enemigos invisibles: los gringos, los pelucones, la oligarquía, los que ponen en riesgo la soberanía del país, el imperialismo, los trinqueros, los sobacos perfumados, etcétera.  El fin, en la mayoría de los casos, es lograr el beneficio propio de los cabecillas. 

Tengo que detenerme en el concepto de igualdad.  Es correcto que todos tenemos los mismos derechos, pero no todos somos iguales.  Me explico: poseemos diferentes habilidades, capacidades, fortalezas y debilidades.  En ese sentido, somos desiguales.  Esa diversidad es la que nos hace únicos.

Al ser desiguales en ese sentido, tenemos diferentes sueños y propósitos.  El socialismo planificador no los tiene en consideración y las iniciativas son desmotivadas. 

Consideremos el ejemplo de las empresas públicas.  Casi siempre, y más en Ecuador, pierden dinero.  La razón de fondo es que no son proyectos que se construyen con la pasión de quien sueña y teme perder todo lo que arriesga al seguir su visión. 

En las empresas públicas no existe esa motivación y esa es la causa de su mala administración y corrupción.  No presentan balances, a veces durante varios años, sin que existan indicadores que permitan orientarlas adecuadamente.

Los políticos en el poder son muy buenos para imponer reglas a la sociedad civil, pero son pésimos para cumplirlas.  ¿Qué sanción recibiría una empresa privada que no presente balances a la Superintendencia de Compañías o que le diga al IESS que espere un tiempo porque no existe dinero para pagar los aportes? Ningún ente público acreedor permite que el deudor privado se atrase un día en sus obligaciones, pero en cambio, a las empresas públicas sí les permiten hacer eso sin que nadie reclame.  Doble moral.

Al final, el socialismo es un reinado de los revolucionarios que asumen el poder ofreciendo que el Estado se encargará de todo y liberará a cada uno de su responsabilidad individual de salir adelante en la vida.  Una promesa atractiva que no nos deja prosperar como personas y sociedad civil en general, mientras unos cientos de miles se aprovechan de los impuestos que pagamos. 

Por eso, la mejor vía sería un Estado pequeño que facilite el emprendimiento y la inversión para que cada uno pueda solucionar sus problemas.  Es claro que el Estado no los va a resolver. 



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