FLEXSEGURIDAD
Es un concepto que nace en
Dinamarca en el siglo XIX. Una
combinación de libertad de contratación, respeto a los derechos adquiridos y
capacitación continua del talento humano.
Los resultados de este modelo resultan en altas tasas de empleo
adecuado.
El gobierno anterior, con sus
políticas laborales y comerciales erradas, ocasionó que el empleo adecuado
cayera del 45.5 % en marzo del 2014 al 38.5 % en marzo del 2017. Hace diez años seis de cada diez ecuatorianos
no tenían un empleo adecuado y hoy, después de trescientos mil millones de
dólares en ingresos públicos, seis de cada diez ciudadanos sigue sin tener un
empleo formal.
Ocho de cada diez empleos
provienen del comercio. Los importadores
contribuyen con la contratación de trabajadores y el pago de impuestos. Como todos los demás sectores de la
economía. Satanizar la actividad importadora
es errado. Es necesario importar para
exportar.
Se debe fomentar un ecosistema
de oportunidades para todos, sin tratar de dirigir la economía como lo han
hecho los regímenes comunistas, con el consiguiente fracaso y el fomento de la
corrupción; porque las inversiones más importantes dependen de la
discrecionalidad de los funcionarios públicos.
Eso evita el libre emprendimiento, pero enriquece a ciertos burócratas
cleptómanos que tienen poder de decisión sobre las inversiones que aprueban.
Las cifras muestran que no
podemos seguir haciendo lo mismo, si queremos obtener resultados
diferentes. La legislación laboral
promulgada en los últimos tiempos no creó nuevos empleos adecuados, sino lo
contrario. La Flexseguridad es una
alternativa. Intenta crear más empleos
adecuados sin precarizar el trabajo.
El populismo necesita
pobres. Si la población tuviera mayor
educación y capacitación técnica, esa tendencia política no fuera una
opción. El socialismo del siglo XXI ha
fracasado en todos los lugares que se aplicó.
También el comunismo. Comparemos
los resultados en el pasado de Alemania comunista con los de Alemania Occidental. O los de Corea libre con los de Corea del
Norte. Ni hablemos de la desgracia que
Cuba significa en la calidad de vida de los cubanos.
Se requieren modalidades de trabajo
más flexibles. La OIT recomienda el
trabajo por horas y cualquier otra que permita trabajar formalmente a los
desempleados. Que no impulse a las
compañías, que tenían oficinas en el país, a operar desde Perú y Colombia para
atender negocios en Ecuador. Creando
fuentes de trabajo en esos países y destruyendo los de aquí.
Los sindicatos de trabajadores
se quejan de los despidos y la falta de oferta laboral. El subempleo es el más alto en los últimos
diez años. El proteccionismo laboral,
ha tenido un efecto negativo en el empleo adecuado. Los indicadores lo demuestran. Comencemos por restablecer el contrato a
plazo fijo. Probemos. No sería la única modalidad de trabajo
vigente. Subsisten las demás.
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