COMPLEJO DE VÍCTIMA
Cuando un gobierno limita la
libertad de expresión controlando los medios de comunicación, incautándolos y
ejerciendo presión ilegítima sobre aquellos que no dirige directamente, se ven
afectadas las demás libertades. Por eso
es fundamental lograr dos cosas: la institucionalidad y difundir ideas de
libertad.
Tenemos que fortalecer los poderes
del Estado para que funcionen como contrapesos.
Que sea imposible que una persona o partido los controle. Y en ese sentido, hay que trabajar en la
seguridad jurídica, como la certeza de que el derecho individual prevalecerá sobre cualquier intención de
abuso por parte de un tercero.
Comprendo también la seguridad
jurídica como parte de una pausa normativa.
Lograr que el país no modifique las reglas del juego constantemente,
porque eso no permite que los comerciantes planifiquen a largo plazo, sino que
deben ajustar constantemente el rumbo para acoplarse a las nuevas normativas.
Evita que se concentren en crecer para generar un flujo constante de tributos y
empleos. Más allá que el exceso de
impuestos nos resta competitividad y desmejoran nuestra calidad de vida.
La otra cuestión en la que
debemos trabajar es en fortalecer las ideas de libertad. La obsesión igualitarista es una excusa para
limitar la libertad individual e incrementar el dominio del Estado. Desconoce la iniciativa personal como una
forma para que la sociedad civil mejore en cualquier ámbito que se desarrolle
la persona. El colectivismo es la
justificación para la constante restricción de las libertades por parte del gobierno
omnipotente, que actualmente está integrado por individuos obsesionados por
obtener el poder absoluto.
Para el socialismo del siglo XXI
los males son culpa de terceros o de factores fuera de su control. Por ejemplo: el país decrece por culpa de la
caída del precio del petróleo y el fracaso del dinero electrónico es consecuencia
de la oposición al sistema. Nunca es culpa
de los errores de los funcionarios públicos que nos llevaron a la situación
actual, gastando más de lo que recibían en ingresos.
Eso es lo malo de todas las
ideas comunistas. Le proponen sacrificio
al individuo a cambio de un futuro mejor, como si tuviéramos varias vidas por
vivir, mientras que los servidores públicos son los únicos que disfrutan de las
comodidades proporcionadas por el Estado, pero con nuestro dinero.
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