EXPERTOS EN LO QUE SERÁ

Shimon Peres alguna vez dijo que “la gente prefiere recordar antes que imaginar.  La memoria funciona con cosas que nos resultan familiares; la imaginación funciona con lo desconocido.  La imaginación puede ser aterradora porque exige que nos atrevamos a abandonar aquello que no es familiar”.  Quizás ese ha sido el impedimento para que el Ecuador se desarrolle económicamente.  Nuestro territorio es rico en todos los aspectos.  No nos detenemos a pensar en la ventaja que significaría perfeccionar un carro eléctrico, porque tenemos petróleo.  Podemos estirarnos para comer fruta de los árboles.  Una ventaja que otros países no pueden mencionar entre sus atributos.  La mayoría no dispone de recursos naturales.  Deben recurrir a la inventiva y la tecnología. Se convierten en incubadoras.  Tenemos expertos en lo que fue, pero no en lo que será.

Por eso los inversores de capital de riesgo indican que la siguiente gran idea saldrá de Israel.  A pesar de tener un entorno hostil y complejo como pocos otros, ese país tiene la tasa más alta de start-ups del mundo (3.850 por cada 1.844 israelíes), además de contar con más compañías en el Nasdaq que todo el continente europeo.  En el año 2008, las inversiones de capital de riesgo per cápita en Israel eran 2.5 veces las de Estados Unidos, más de 30 veces las de Europa, 80 veces las de China y 350 veces las de India.  Un país de tan sólo 7.1 millones de habitantes atrajo 2000 millones de dólares de capital de riesgo. Israel crece más que la media de los países desarrollados. 

Eric Schmidt, presidente y consejero delegado de Google, considera Estados Unidos como el mejor lugar del mundo para los emprendedores, pero asegura que el segundo lugar lo tiene Israel. Casi la mitad de las grandes empresas tecnológicas han comprado start-ups o han creado centros de investigación y desarrollo en Israel.  ¿Por qué ocurre este fenómeno? Porque los israelíes tienen que vivir sin paradigmas para poder sobrevivir. Desde jóvenes se ven obligados a innovar. Desafían a la autoridad. Tienen que argumentar y tener seguridad en sí mismos.  La cultura y la legislación israelíes reflejan una actitud única ante el fracaso: en vez de marginarlos, consigue que los emprendedores que fracasan regresen al sistema para que utilicen su experiencia de manera constructiva.  Cuando los emprendedores tienen éxito, revolucionan los mercados.  Cuando fracasan, se siguen manteniendo bajo la presión de la competencia y estimulan el progreso.

La innovación es la única forma que tienen las economías para crecer de manera estable. Ecuador debería ser amigo de la inversión extranjera porque además de crear empleo, significa transferencia de tecnología e innovación.  La formación de capital humano es la característica que distingue a los países que han dado saltos hacia el desarrollo considerados milagrosos.  Tenemos que apoyar a nuestros jóvenes para competir con los trabajadores de la “aldea global” en la que se ha convertido el planeta.    

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