CONTRAPRESTACIONES

El gobierno tiene menos opciones de enterarse de las preocupaciones de los ecuatorianos porque controla la mayoría de los medios de comunicación, que son los llamados a informar al público atendiendo su línea editorial.  El gobierno exige de nosotros y pocas veces expresamos lo que esperamos a cambio de nuestros impuestos. 

Comencemos con la educación.  La ineficiencia burocrática evita que la formación académica sea gratuita y de excelente calidad.  El Estado nos obliga a pagar pensiones en centros educativos privados para que nuestros hijos puedan sobrevivir en un mundo competitivo.  
Seguridad: Tenemos que vivir encerrados entre muros y guardias privados.  Esto genera un costo para los que queremos vivir en Ecuador, pero no garantiza que  nos asesinen durante un asalto.  Hemos entregado el país a las redes de narcotráfico y la delincuencia común.
Salud: Guayaquil no tiene suficientes camas para sus habitantes.  Un enfermo no tiene dónde acostarse, mientras el gobierno invirtió en equipos modernos que están embodegados porque no cuentan con técnicos que los puedan operar.  En 1971 el gobierno central  construyó su primer hospital en Guayaquil.  Ciento cuarenta y un años después de que nos convertimos en república.  Con todo el dinero que hemos recibido por el petróleo, la salud debería ser gratuita y de primera.  La seguridad social tarda meses en darle una cita a un paciente.  Incluso el Presidente tuvo que atender su rodilla en Cuba.
Derecho al trabajo: La preocupación del gobierno por nivelar la balanza comercial es consecuencia de su política de malgastar la totalidad de los ingentes recursos recibidos por la venta de crudo, pero quiere que creamos que importar significa ser un mal ecuatoriano.  ¿No sería más saludable fomentar las exportaciones y reducir el excesivo gasto público que recientemente ha llevado a la quiebra a países como Grecia y España? Tal vez de esa manera crecería el empleo.
Corrupción: El presidente es un excelente producto político y definitivamente sabe manejar a los votantes.  Si persiguiera los actos de corrupción de la misma manera que ha hostigado a los medios de comunicación, pasaría a la historia como un verdadero revolucionario.
Confrontación: El que gran cantidad de medios de comunicación públicos financiados con nuestros impuestos sean parte de la maquinaria de un partido político es deshonesto.  Un presidente es el mandatario de todos los habitantes.  Debería actuar en forma ejemplar y no incitar al odio.
El vivir en urbanizaciones amuralladas, educar a nuestros hijos en centros educativos privados y usar médicos privados ha sido constantemente criticado.  Estos servicios solamente pueden ser pagados por personas que tienen trabajo, como la gente del gobierno.  Nadie es tan loco para gastar en esos rubros sin motivo.  

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