DIARIO EL UNIVERSO

Varios empresarios por separado me comentan que están de acuerdo con mis artículos, pero su sugerencia es que no escriba más.  Para asegurarnos que los negocios vayan bien.  Han notado que en Venezuela, las compañías que mantienen el perfil bajo hacen dinero.  Solamente requieren un gran departamento administrativo para lidiar con innumerables trámites burocráticos.  Olvidan miles de expropiaciones injustas que el sector productivo de capital venezolano y extranjero han sufrido.  Son recomendaciones que reflejan el país que vivimos.  Con cada vez menos personas dispuestas a opinar o invertir.  Burgueses que bajan la cabeza mientras los demás son perseguidos.  Testigos de la pérdida gradual de libertades.  Pronto descubrirán que es demasiado tarde.  Cuando algún funcionario toque a sus puertas para abusar.   

De los enlaces de los sábados colegimos que para el gobierno, los únicos medios de comunicación que ofrecen un punto de vista válido son los oficiales.  Aquellos que alguna vez fueron incautados y que jamás serán vendidos como inicialmente prometieron.  Esos que reflejan una realidad que se limita exclusivamente a las ideas promovidas por un caudillo.  Sin opción para pensar diferente.  Porque los regímenes totalitarios ya no fusilan a sus opositores.  Se manejan con una legislación que legitima sus actos; en complicidad con la función judicial y propaganda bien orquestada.

Por eso me solidarizo con los directivos de diario El Universo.  Un medio perseguido por publicar opiniones e informar realidades.   Por no callar y hacer periodismo con valentía.  Defendiendo un derecho que es habitual en otras democracias.  La revolución se ha encargado de decapitar una generación de líderes que más allá de su discurso político, Correa hubiera querido para el Ecuador tras su mandato.  Líderes preparados, que podrían reinsertar al país en la senda del progreso.  Sin dogmas forajidos golpistas.  Más cerca del éxito económico colombiano y lejos del fracaso socialista venezolano.  Una pena.