FAMILIAS FELICES
Vi un documental sobre Italia. Eran imágenes en blanco y negro originales de
la familia italiana de los años sesenta.
Todo giraba alrededor de los niños.
Los adultos jugaban con ellos, los cargaban y comían en familia.
Hoy la edad promedio de una italiana para dar a luz
son los treinta y tres años y la mayoría de parejas no quieren tener hijos
porque implican una carga económicamente fuerte.
Y no solamente eso, sino que resulta que los adultos
mayores son los que financian las vidas de sus hijos adultos, pagan las
pensiones de sus nietos o transfieren propiedades para que sus hijos adultos
puedan vivir.
El documental lo atribuía a que el Estado italiano ha incumplido
con su misión de mejorar la calidad de vida de los contribuyentes, por lo que
paulatinamente, esa imagen tradicional de la familia italiana está
desapareciendo.
Me preocupa que eso comience a ocurrir en Ecuador, con
el agravante que la mayoría de los adultos mayores llegan a la edad jubilar sin
recibir pensiones dignas gracias al fracasado sistema de reparto del IESS.
Ecuador se ha convertido en un país carísimo como
consecuencia de los elevados aranceles, exceso de impuestos y tramitomanía que
fomenta el proteccionismo y la corrupción.
Su población sigue creciendo, pero cabe preguntarse si el Estado está
trabajando en crear las condiciones para convertirnos en un país más competitivo y con
modalidades de contrato que permitan a los desempleados acceder a un empleo
adecuado y así tengamos familias felices con bienestar.
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