¿POR QUÉ NO LO HACEMOS?
La Comisión Internacional contra la Impunidad en
Guatemala (CICIG) fue creada el 12 de diciembre del año 2006 mediante un
acuerdo firmado entre las Naciones Unidas y el gobierno de Guatemala.
Es un órgano internacional independiente con la
finalidad de apoyar al Ministerio Público (equivalente a la Fiscalía General
del Estado ecuatoriana), la Policía Nacional y a otras instituciones del Estado
en la investigación de delitos que afecten los derechos humanos cometidos por
cuerpos ilegales de seguridad y promover su desmantelamiento.
Para cumplir con esas funciones, la CICIG está facultada
para asesorar técnicamente a los organismos estatales encargados de la investigación
penal, actuar como querellante y presentar denuncias administrativas contra los
funcionarios públicos.
Guatemala fue secuestrada por la delincuencia común y
organizada que corrompió a las instituciones públicas después de una guerra
civil que duró treinta y seis años. Esta
comisión nace doce años después de la firma de ese acuerdo.
En la época en que Thelma Aldana fue Fiscal General y
Jefa del Ministerio Público de Guatemala,
junto al comisionado de la Comisión Internacional Contra la Impunidad,
Iván Velásquez Gómez, lideraron varias
investigaciones de alto nivel, entre ellas, la del caso de La Línea, en las que
se vinculó al presidente de ese momento, Otto Pérez Molina y a la vicepresidenta
Roxana Baldetti por los delitos de cohecho pasivo, asociación ilícita y
defraudación aduanera. Esto causó la
renuncia del binomio presidencial y el arresto de ambos.
En cambio aquí, fugó Fernando Alvarado. Nos dejó una nota de agradecimiento y los
encargados de la función judicial han hecho poco o nada al respecto. Son rezagos de la época de la cleptocracia:
un estado de poder basado en la corrupción, nepotismo, clientelismo político y
peculado; de tal manera que las acciones delictivas quedan impunes debido a que
existen funcionarios públicos heredados de la década ganada que encubren
delitos de sus jefes y los propios.
Obviamente, esto incluye amenazas a los servidores públicos que deben
perseguir estos delitos, con el fin de que incumplan su deber.
Esta aberración demuele las instituciones públicas
para favorecer la corrupción. Ese factor
es mencionado en los estudios internacionales que analizan las causas de la
falta de competitividad. Nadie confía en
una sociedad que permite eso.
Esas mafias plantean una amenaza para el estado de
derecho y la democracia. Revelan la
necesidad de cambiar la situación para evitar que se agrave y la población se
sienta burlada.
De allí la importancia de constituir en Ecuador una
comisión contra la impunidad similar a la de Guatemala. Finalmente, su creación fue una promesa de
campaña de ambos candidatos presidenciales en la última vuelta.
Una mayor seguridad jurídica favorece a las
inversiones, y con eso, el empleo adecuado aumenta mientras se combate la
corrupción. Si ganamos todos con una
institución similar a la CICIG ¿por qué no la fundamos?
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