HARTOS
Ciertos voceros del gobierno
declaran que el ministerio de comercio exterior ha firmado compromisos de
inversión con el sector privado en el orden de los diez mil millones de
dólares.
Lo que quieren decir realmente
es que la bola está en la cancha de los empresarios y eso no es cierto. El comercio no se ha beneficiado de la Ley de
Fomento Productivo.
Tratan de excusar la falta de
gestión pública. La economía se está
frenando y no ejecutan lo que saben que tienen que ejecutar: incentivar la
inversión privada bajando y derogando ciertos impuestos para incrementar la
actividad económica.
No se solidarizan con los
millones de desempleados que requieren flexibilizar los contratos laborales
para facilitar su contratación.
Simultáneamente la
esposa del ex vicepresidente pide que diferenciemos al reo Glass de los demás
convictos. Algo que el socialismo
afirmaba que no debería haber existido ni siquiera entre la tropa y los
oficiales de las fuerzas armadas.
Glass debería estar recluido en Guayaquil, porque es
la ciudad donde tiene su domicilio.
También tiene derecho al debido proceso y los demás tenemos la
obligación de exigir que lo enjuicien por todos los delitos presuntamente
cometidos.
Alvarado, en cambio, se fugó con una nota de
agradecimiento. Una muestra de que el
correísmo sigue gobernando en los mandos medios del sector público con las
mismas excusas estúpidas del pasado: la culpa es del grillete. Ese dispositivo fue el único responsable y hasta
el momento, nadie devuelve lo robado, perjudicando a los contribuyentes que
tenemos que financiar al Estado y denotando que más personas que denotan
indicios de responsabilidad penal portan ese sistema defectuoso, que suena,
pero a un negociado de las ex ministras que los compraron.
Por lo menos se le han parado tiesos a Assange. Un tipo que con el apoyo de Alianza País, ha
creado un conflicto en el derecho internacional, cuyo nudo es difícil de
desatar. Mientras tanto, los giles de
siempre, seguimos pagando por su estadía en nuestra embajada en Londres.
Y a la función judicial y a quienes dirigen las
instituciones de control les preguntamos: ¿Cuándo caerán los demás ladrones de
los fondos públicos?
El gobierno nos ha dado paz
para producir. Eso es fundamental y por
eso hay que apoyarlo. Ya no tenemos que
sufrir a un demente que todos los sábados arengaba contra la prosperidad
familiar. Que quería cobrar elevados
impuestos a la herencia y plusvalía, evitando que las personas prosperen
mediante la compra de bienes y servicios, reduciendo el comercio y sus
beneficios.
Es claro que este es un gobierno de transición, que intenta componer lo
estropeado por la década pasada, pero todos estos eventos indignan a una
sociedad civil que está harta de tanta omisión en el cumplimiento de los
deberes por parte de los funcionarios públicos de los diferentes poderes del
Estado. No hay que menospreciar estos
sentimientos de la población.
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