EN CONTACTO CON LA REALIDAD
Si bien es cierto que la tecnología está reemplazando algunos
puestos de trabajo, la solución no es estudiar programación o profesiones
similares. Existirá abundante oferta de
esas habilidades necesarias en el mercado laboral.
Lo que se requiere son personas con creatividad. Que aporten con ideas para que esa tecnología
continúe mejorando nuestra calidad de vida.
Son los que estudien artes liberales, los que serán más importantes en
el futuro cercano.
Las redes sociales y los blogs ofrecen mucha
información, pero sin contrastar. Generalmente
son opiniones apasionadas. Es por eso
que el consumidor está dispuesto a pagar por los medios que proporcionen
información verificada por periodistas profesionales.
Es una tendencia al alza. Existen varios modelos. Unos apuestan por cobrar por el uso de su
página web. Otros por un home accesible
que cobra por la noticias. El tercer
modelo ofrece la mayoría de los artículos gratis, pero la totalidad solamente pueden
ser leídos por los suscriptores Premium.
Un sujeto puede elaborar desde su escritorio cuadros
en Excel o presentaciones fantásticas en PowerPoint, pero eso no significa que
tenga contacto con la realidad. Lo que
nos está vendiendo es su visión de las cosas.
Lo correcto es salir a la calle a conversar con la mayor cantidad de
personas para conocer lo que sienten y piensan.
Los que sean capaces de leer para informarse debidamente,
comunicarse con nuestros semejantes o hablar en público, tienen la mitad de la
batalla ganada. Son competencias que se
pueden adquirir, pero que muchos las ven como anticuadas y no las
aprenden.
Con la información que nos ofrezcan los individuos en
la vida real, podremos modernizar la tecnología para mejorarle la vida a la
gente y solucionar necesidades.
No existe nada que supere el conocer a alguien. Buscamos la verdad. No nos gusta que nos dirijan las tendencias
de creadas por intelectuales aislados. Ejemplo:
los que inventaron ideologías irreales, como el comunismo, que a tantas generaciones
les ha causado sufrimiento.
Hay que desarrollar la capacidad para refutar con
ideas, mientras se respeta la opinión de otros; lo cual era prohibido en esas
doctrinas totalitarias. Ellas solamente permiten
una perspectiva que debe obedecerse a las buenas o a las malas: la del caudillo
de turno.
Salir a vivir es el nombre del juego. Con esos insumos podremos conocer lo que
ocurre y nadie nos podrá sorprender para imponer gobiernos o negocios basados
en fantasías.
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