NUESTRO FUTURO
La ESPAE realizó un análisis del emprendimiento senior
a través del Global Entrepreneurship Monitor.
El estudio reporta que las tasas de actividad emprendedora de las personas
de cincuenta años o más es una de las más altas de la región.
A los seniors no les queda otra alternativa. Como el mercado laboral tiene menos empleo
adecuado para ellos, emprenden por necesidad, no por innovación.
La afectación no es solamente para los seniors. Una situación similar viven los jóvenes entre
los dieciocho y veintinueve años de edad.
Ellos también sufren altas tasas de desempleo. La inflexibilidad laboral evita que accedan a
un empleo adecuado, impidiendo que ganen experiencia y se conviertan en
consumidores que generen un círculo virtuoso de crecimiento nacional.
Esta inflexibilidad obstaculiza el
emprendimiento. Tanto emprendedores
jóvenes como seniors se quejan de la excesiva tramitología para emprender o
liquidar una empresa. Ese es un indicador
denunciado en todos los estudios internacionales o nacionales sobre negocios o
competitividad con respecto a otros países del mundo. El gobierno debería estudiarlos y trabajar en
mejorar los puntos en los que somos débiles.
En las sociedades moralmente responsables, los senior
menos preparados pueden trabajar con modalidades de contratos flexibles. Otros, salen a viajar por el mundo gracias a
su pensión, que es el resultado de una vida productiva.
Aquí, los adultos mayores necesitan trabajar hasta la
muerte porque hemos elegido maltratarnos con el monopolio del IESS. La pensión no le alcanza a nadie y
probablemente, la mayoría de nosotros no logremos recibirla gracias a la pésima
administración que esa institución ha tenido durante una sucesión de gobiernos.
En un mundo en el que nuestra expectativa de vida es
creciente gracias a los avances en la medicina, tenemos que anticipar
soluciones a nuestra deficiente seguridad social. Deberíamos implementar casos de éxito como
los de las administradoras de pensiones de otros países para conseguir un ahorro
nacional que se reinvierta en nuevas empresas, creando más empleo, nuevas
inversiones a favor del emprendimiento y pensiones dignas. Que no se siga esfumando nuestro dinero en
préstamos del IESS para financiar al gobierno de turno, como ha venido ocurriendo.
El modelo actual es el equivocado. Hemos pasado de la falta de derechos
laborales y seguridad social a un sistema que perjudica la empleabilidad de jóvenes
y seniors. Es una irresponsabilidad no
flexibilizar la relación laboral y diversificar las opciones de ahorro para la
jubilación por politiquería.
Facilitemos la inversión en el país reformando la Constitución
para permitir más modalidades de contratos de trabajo y eliminar el monopolio
que el IESS tiene sobre la seguridad social.
Un escollo menos para el emprendimiento y un gran paso para aliviar
problemas sociales de los que tendrá que hacerse cargo cualquier gobierno.
El sistema actual nos perjudica a todos. No importa la edad en la que nos encontremos.
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