VAQUERO SOCIALISTA
Pocas personas tienen clara la visión del gobierno en
materia económica.
Su gestión se resume en un endeudamiento público más
agresivo que el del gobierno anterior, sin que se implementen medidas que
ofrezcan la confianza para fomentar la inversión. Por ejemplo: pudiéramos avanzar más rápido
con un acuerdo comercial con los Estados Unidos de América, para que las
empresas domiciliadas en Ecuador puedan planificar negocios a largo plazo con
nuestro principal socio comercial. La
renovación del SGP no ofrece la seguridad jurídica suficiente. Requerimos un acuerdo como el que tenemos con
la Unión Europea, con el que hemos incrementado las exportaciones hacia ese
mercado y facilitado la relación comercial en beneficio del empleo.
En nueve meses de mandato hemos pasado por el Consejo
Consultivo Productivo y Tributario y luego por la consulta popular/referéndum. Diálogo, que lamentablemente no se ha
materializado en la ejecución positiva en cualquier área.
Pareciera un gobierno palaciego que intenta contentar
a todos. Sin ánimo para reducir la
dilapidación de los recursos públicos.
Es cierto que existe un ambiente de paz. Ya no se producen las sabatinas y el primer
mandatario tiene un estilo cortés. Eso
es bueno y ayuda, pero es su única gestión.
Se requiere más.
Es correcto que se judicialice la corrupción pública
que tantos miles de millones de dólares nos ha costado a los contribuyentes que
ya no soportamos mayor presión tributaria.
Hay que continuar por esa senda por la que hemos comenzado a transitar. Sin
embargo, la actuación de la fiscalía y la procuraduría han dejado mucho que
desear en el combate profesional a la corrupción. El poder judicial nos queda debiendo, así
como la función de transparencia.
No se habla de la derogación de la Ley de Comunicación,
que ha destruido a tantas empresas e individuos. Eso preocupa, porque significa que pudiera
ser un as bajo la manga. Como si en
algún momento pensaran usarla para que cumpla con su misión de amordazar.
En varias ocasiones, el presidente ha mencionado que
ganó el movimiento alianza país. Eso aclara
lo que podemos esperar. Una
administración con la misma visión del anterior, pero sin las posibilidades
económicas que permitió el despilfarro populista de la década ganada.
Causa tristeza que con la mayor cantidad de recursos
de la historia republicana no estemos mejor, mientras observamos cómo se
deterioran las autopistas, hospitales, viviendas, refinerías, aeropuertos,
Yachay y unidades educativas del milenio, construidos, en ciertos casos, cometiendo
delitos contra la administración pública que están pendientes de investigación
preprocesal y procesal.
Ciertas personas esperan algo diferente, pero cuando
un animal camina como vaca, tiene piel de vaca y muge como una vaca, no hay
sorpresas: es una vaca. En este caso, es
un vaquero, que viene a ordeñar a los comerciantes que sobrevivieron.
Si estoy equivocado, es hora de comenzar a ejecutar
acciones para fomentar la productividad y la competitividad, mientras se deja
de enviar señales negativas como el mantener un equipo económico fracasado y a
funcionarios aduaneros con mentalidad recaudatoria.
No es posible que la cancillería siga perjudicando
nuestras relaciones internacionales al abogar por delincuentes. Desde esa cartera se ha intentado enviar como
embajador a Italia a quien quebró la seguridad social y también se le otorgó la
nacionalidad ecuatoriana a un delincuente común extranjero para convertirlo en
diplomático repentino de nuestro país.
Decida usted si continuamos o no con la misma
ideología atrasa pueblos.
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