EL PAÍS DEL SÍ
En el
Foro Económico Mundial realizado en enero en Davos, Suiza, Dan Buettner se
refirió a su investigación de las ciento veinte variables que inciden en la
felicidad.
“En
los lugares donde se trata igual a la mujer y al hombre, los hombres son más
felices”, expresó Buettner. También es crucial la educación, especialmente la
de las niñas, porque garantiza que tengan menos hijos y que estos a su vez
estudien. Eso crea un círculo virtuoso.
Los jóvenes más educados eligen a mejores líderes.
Pero
lo interesante es que “no son cosas que pasan porque un grupo de personas
decidió un buen día ser positivo frente a la vida, sino porque algún gobernante
estableció cincuenta años atrás enfocarse más en este grupo de aspectos que
solo en el crecimiento económico”. Un plan a largo plazo promovido por un
estadista.
Una
vez que el Ecuador se ha pronunciado por el sí en la consulta/referéndum es
menester que el poder ejecutivo tome las riendas del destino económico. Los electores votaron por la derogatoria de
la Ley de Plusvalía, no por su sustitución.
Espero
que el presidente haya leído a Buettner.
De los gobernantes depende la felicidad de los habitantes de un
país. Son los que ostentan el poder
quienes construyen un ecosistema amigable para vivir o un infierno como el de Cuba
y Venezuela.
La mayor innovación proviene del Derecho. Si los
asambleístas permitieran que el conjunto de normas evolucionen acorde al siglo
en el que vivimos y tuviéramos la meta de convertirnos en un país más libre, fuéramos
más prósperos.
Los países libres tienen un ingreso per cápita
superior y viceversa. Las personas que
viven en esos lugares son más felices y longevas. Tienen acceso a los mejores productos del
mundo a un precio competitivo. Eso
implica un gran beneficio para los más pobres.
No podemos continuar con el modelo económico de un
Estado mercantilista. Eso ha fracasado
desde el siglo XVII.
Vivimos en un mundo sin restricciones
comerciales. Con comunicaciones
inmediatas y comercio electrónico. Los
negocios se realizan en segundos y a veces son realizados automáticamente por
máquinas.
Simplifiquemos las cosas. Requerimos menos tributos. Un Derecho Tributario que favorezca el
cumplimiento de las obligaciones del contribuyente. El mismo arancel para todo.
Facilitemos la libertad de contratación laboral a
través de más modalidades de trabajo que sí sean utilizadas como el trabajo por
horas y el contrato a plazo fijo.
Estamos en la búsqueda de un Estado que no tolere la
corrupción, la narco democracia, ni la red de pornografía para pedófilos desarrollada
desde los centros educativos públicos con la venia de un ex Ministro de
Educación laxo, por decir lo menos.
Requerimos un poder judicial independiente que sancione todas estas
prácticas ilegales y los excesos de las instituciones estatales que promulgan
normas irreflexivas como la tasa de control aduanero.
Son cuestiones prioritarias que nos catapultarán hacia
una mejor calidad de vida. A lo largo de
la historia, las restricciones a las libertades individuales o al comercio han
demostrado que no cumplen ese objetivo.
Comentarios
Publicar un comentario