LOS REDUCTOS
El Consejo Consultivo Productivo y Tributario ha
llegado a la etapa de conclusiones. Fueron
transversales y recurrentes en todos los sectores que participaron. Se resumen en derogar el anticipo de impuesto
a la renta y el impuesto a la salida de divisas; modificar la Ley de Plusvalía;
generar más modalidades de contratación laboral; reducir los costos de la energía
necesaria para producir competitivamente; mayor eficiencia en las compras públicas
para no dilapidar recursos; mejorar condiciones de financiamiento y el drawback
para el sector exportador.
Luego de que se oficialicen estas conclusiones tendría
que venir la etapa de implementación. Pero
nos hemos olvidado de algo: la necesidad de lidiar con la SENPLADES. Un reducto correísta. Porque para cumplir con lo determinado en los
artículos 293 y 279 de la Constitución, el
presidente de la república tendría que presentarlas (artículo 147 Constitución)
al Consejo Nacional de Planificación la propuesta
del plan nacional de desarrollo para su aprobación.
“El Plan
Nacional de Desarrollo es el instrumento al que se sujetarán las políticas,
programas y proyectos públicos; la programación y ejecución del presupuesto del
Estado; y la inversión y la asignación de los recursos públicos; y coordinar
las competencias exclusivas entre el Estado central y los gobiernos autónomos
descentralizados. Su observancia será de carácter obligatorio para el sector
público e indicativo para los demás sectores”, según el artículo 280 de la Constitución.
Lo interesante de esto es que el Consejo Nacional de
Planificación seguramente se opone a la austeridad fiscal y querrán transferir
su costo a la sociedad civil, sin aplicar las conclusiones del Consejo
Productivo y Tributario. Lo mismo
podríamos decir de las instituciones, asambleístas y ministerios correístas que
también tendrían que involucrarse para su implementación.
En
este primer trimestre de gobierno, ya hemos visto cómo ciertos funcionarios
públicos ejecutan lo opuesto al discurso del presidente de la república. Por ejemplo, desde la cancillería, se trata
de generar conflictos en la política internacional. El servicio exterior ha manifestado su apoyo
a gobernantes corruptos, como los sandinistas de Nicaragua y ha encubierto los
crímenes de lesa humanidad que comete el gobierno de Maduro. Se niega a tocar temas como los perjuicios
que nos ha causado China o el lanzamiento de misiles de Corea del Norte, que
ponen en riesgo a la humanidad y al Japón, nación que tan bien se ha portado con
el Ecuador. El ministerio de relaciones
exteriores se ha convertido en un refugio de ex funcionarios del correísmo con
agenda diferente a la del presidente.
Incluso
carteras de Estado que parecieran fieles al Leninismo, sufren el boicot de
mandos medios sobrevivientes a la transición presidencial. Por todo esto y lo comentado en diferentes
medios por varios analistas, es vital la consulta popular. Caso contrario, continuaremos en la línea de
decrecimiento económico que Moreno heredó del gobierno anterior. Es imperativo que el presidente gane gobernabilidad
para que pase a la historia como el mandatario que reactivó la economía.
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