PRIVILEGIOS DEL SIGLO XXI
El ser humano casi ha
erradicado las pestes por enfermedades infecciosas, las guerras y el
hambre. Tres cosas que afectaron a la
humanidad durante miles de años. Hoy el
azúcar mata más que la pólvora. Hay más
obesos que personas con hambre.
La nueva agenda sobrepasa la
propiedad de activos. Se concentra en el
conocimiento, la inmortalidad y la felicidad.
Los que alegan que el mundo sigue igual, aquejado por el hambre, las
enfermedades y la violencia, como antes de los primeros años del siglo XX, perpetúan
un punto de vista derrotista. Si eso
fuera así ¿qué sentido tendría invertir recursos en más investigación médica,
reformas económicas o en nuevas iniciativas de paz?
La mayor parte del mundo crece
económicamente. Al contrario de lo que el gobierno pasado alegó para justificar
su negligencia en la administración de los recursos públicos. Es un crecimiento fenomenal que proporciona
comida, medicina, energía y materias primas en abundancia.
El ser humano ha logrado desde
mediados del siglo XX los cambios más rápidos de su existencia. Gracias a los avances de científicos de otros
países hemos casi duplicado la esperanza de vida. Google, a través de una compañía denominada
Calico, ha puesto en marcha un proyecto “para resolver la muerte” usando
biotecnología. La muerte por enfermedades es consecuencia de un fallo técnico
del cuerpo y cada problema técnico tiene una solución técnica. No es un asunto metafísico.
Existen impresoras 3D que nos
permitirán imprimir cualquier producto desde la comodidad de nuestro hogar. Por otro lado está Amazon: una empresa cuyo
objetivo es vender de todo, a todos, mediante su portal en internet. Son dos ejemplos que muestran que ya no
existen las fronteras comerciales que aquí siguen promoviendo.
El 80 % de las exportaciones
de los Estados Unidos de América involucran propiedad intelectual. En otras palabras: conocimiento. Requerimos solucionar la visión que tenemos
sobre la propiedad intelectual con dos objetivos: firmar un acuerdo comercial
con los Estados Unidos e impulsar la innovación por parte de autores
nacionales.
Las piezas de los productos se
hacen en varios países competitivos y finalmente otro los ensambla. Se requiere importar para fabricar y
posteriormente exportar. Creando empleos
en varias naciones. Por eso es vital es
respeto a la propiedad intelectual de quien innova. Todos ganan en esa cadena productiva
especializada.
Continuar analizando las cosas
como si estuviéramos en el siglo XIX no tiene sentido. El mundo ha cambiado rápidamente y continuará
transformándose. Estamos globalizados,
aunque no les guste a algunos. Podemos
comunicarnos inmediatamente y gratis con cualquier persona del planeta. Internet nos permite leer e informarnos de
todo.
Entonces llama la atención que
se quieran implementar medidas restrictivas al comercio. Existe el interés de que se legitime más de
lo mismo. Los indicadores económicos mostraron
que el modelo aplicado por el gobierno anterior no fue el correcto. Más aun cuando hemos constatado el
crecimiento de las ventas al haberse cumplido la disminución del IVA y el
cronograma de eliminación de las salvaguardias.
No es necesario implementar
salvaguardias, timbres cambiarios, ni incrementar los aranceles. Eso desmejora el nivel de vida del
consumidor. Hace al país más caro, menos
competitivo y reduce el empleo adecuado.
El problema de fondo es el excesivo gasto público que se quiere
financiar con estas medidas, afectando el normal desenvolvimiento del
comercio. Es como que nos quieran hacer
pagar por la lujosa fiesta de un vecino, porque alega que no tiene recursos
económicos. El sector público quiere que
la sociedad civil pague la fiesta.
Las empresas que apoyan la
subida de los aranceles, aduciendo que necesitan proteccionismo para sobrevivir,
buscan privilegios en perjuicio de la mayoría.
La solución es que sean competitivas, no que los demás paguemos su
ineficiencia.
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