SUGERENCIAS DE GANDHI
Gandhi se opuso a la intervención
del Estado en materia económica porque incide en la creatividad del
individuo. El Estado destruye la
individualidad en la que se encuentra la raíz de todo progreso. Según él, ningún Estado ha vivido realmente
para los pobres. Para Gandhi, el
parlamento representaría al pueblo y la función del gobierno sería únicamente
la de mantener el orden público. Es
decir, promovió un Estado liberal que gaste poco, que no dirija la economía y permita
a sus habitantes ejercer la libertad para decidir.
Gandhi no era un primitivo, de
vuelta a la vida silvestre. Fue un creyente
en la tecnología como un medio para mejorar la vida del pueblo a través de la
productividad individual. Lo que
objetaba es la manía por las máquinas, no la maquinaria como tal. La maquinaria no debe atrofiar las
extremidades del hombre, contaminar, ni explotar a los trabajadores. Quería que cada persona fuera industriosa “no
como una máquina, pero igual que la abeja”.
Para Gandhi, la vinculación de los derechos con los deberes
se basa en la premisa de que todos los derechos del individuo los proporciona
la sociedad, por lo que su permanencia tiene que beneficiar a la sociedad y
también al individuo. Así, el derecho a
la libertad de expresión podría sobrevivir sólo si las personas cumplen con su
deber, al no utilizar este derecho de forma antisocial. Por sociedad, se refería a la entidad
colectiva de las personas y no al Estado.
Es decir, no concibe que esa organización controle medios de
comunicación públicos, financiados con los impuestos que generan las personas,
para difundir la posición política coyuntural de los gobernantes de turno.
En relación a los hechos
acontecidos como consecuencia de la revolución rusa de 1917, Gandhi escribió
que “si el Estado suprime el capitalismo por la violencia, se verá atrapado en
los males de la violencia misma. El
Estado representa la violencia en una forma concentrada y organizada. El individuo tiene un alma, pero el Estado es
una máquina sin alma y no puede separarse de la violencia a la que debe su
existencia. Por lo tanto, yo prefiero la
doctrina de la administración fiduciaria”, que ha sido adoptada por algunos
magnates hindúes de negocios como Narayan Murthy de Infosys y Azim Premji de
Wipro. El mejor ejemplo del concepto de
administración fiduciaria de Gandhi, es la planta de Tata Steel y el municipio
en Jamshedpur. Es interesante recordar los juicios de Gandhi en épocas en las
que la SENPLADES promueve un modelo de crecimiento endógeno y restrictivo al
libre comercio.
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