QUE LES VAYA BONITO
Lo que habría que preguntarse
es por qué el año pasado Perú recibió diez mil millones de inversión extranjera
directa y Colombia diecisiete mil millones, mientras que Ecuador acogió, desde
el año 2007 hasta el 2013, solamente tres mil seiscientos cincuenta y tres
millones de dólares. Parte del capital
invertido en Perú y Colombia es de propiedad de ecuatorianos. Evidentemente estamos haciendo algo mal y eso
es lo que el gobierno tiene que notar.
No es suficiente declarar que ahora sí somos un país que recibe
inversión extranjera, sino que se deben dar señales claras para que el dinero
venga y se quede.
Al contrario de los que los
funcionarios creen, el dinero no tiene bandera.
Un decreto o la sonrisa de un ministro no atraen a los
inversionistas. El dinero va donde lo
tratan mejor. Se dirige hacia aquellos
lugares donde se siente seguro y es posible lograr rentabilidad. Para ello se requieren reglas del juego
estables en el tiempo, respeto el derecho de propiedad y flexibilidad laboral.
Un ministro llegó a decir que él sí invierte en el Ecuador porque es un
patriota. Pobre.
Para fortalecer la
dolarización no se requieren cupos, restricciones, sobretasas, más aranceles o
salvaguardias. Ningún país que adoptó
medidas proteccionistas logró crecer. La
solución tampoco es comprar menos, sino vender más. Las salvaguardias aniquilan
las cadenas de producción. Si no me
cree, analicemos la economía venezolana.
Para atraer dólares al Ecuador
se precisa fomentar la inversión extranjera, el turismo receptivo y las
exportaciones mediante acuerdos de libre comercio que permitan al empresariado
ampliar sus mercados.
Las salvaguardias incrementan
el precio de los productos, afectando a los consumidores y la
competitividad. La sustitución de las
importaciones es un modelo fracasado que ya se probó en el Ecuador de los años
setenta. La falta de industrias que
permitan satisfacer la demanda, sumadas a las restricciones al comercio
impuestas por el gobierno, generan oligopolios.
Cuando usted visita un centro comercial de los Estados Unidos, verá que
casi ningún producto es fabricado en ese país.
Tal vez fue diseñado allí, pero se elaboró en un tercer país, con costos
más bajos. Se comercializa dentro y
fuera de los Estados Unidos. Lo
importante son los derechos de propiedad sobre la marca y que esta cotice en la
bolsa de valores.
El comercio es
fundamental. Los productos fabricados en
o fuera del Ecuador serán vendidos por comerciantes. El comercio es la segunda actividad más
importante de la economía. Dos de cada
diez trabajadores se dedican a actividades comerciales. Aporta algo más de diez mil millones de
dólares anuales. Ojalá el gobierno revea
estas medidas y las deseche, para que “les vaya bonito”, como cuando ahuyentó a
la inversión extranjera en el pasado. No
es posible que los ministros cuenten con los dedos de las manos las empresas
que invirtieron en el país.
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