BIRDMAN: LA CARICATURA
La semana pasada circuló en
las redes sociales una caricatura en la que se asociaba a Nicolás Maduro con
Birdman, aludiendo a su extraordinaria facultad para dialogar con los pájaros. Pero más allá de su inesperada ignorancia para
manejar los destinos de una nación, la situación de Venezuela entristece, porque
las organizaciones regionales, como la OEA y la UNASUR, llamadas a mediar, no
actúan como en otros casos; a pesar de que los medios de comunicación
internacionales y las redes sociales han mostrado delitos de lesa humanidad durante
la administración de Maduro. Su silencio y el de los presidentes de la zona,
los delata como amigos que se prestan protección mutua.
En Venezuela ha sucedido de
todo. Con el cuento de que tiene
ingentes ingresos petroleros, Chávez y Maduro se sintieron ganadores de la
lotería. Declararon no necesitar
inversión extranjera. Todo se podía
hacer con fondos públicos y
expropiaciones, hasta que ambos recursos se agotaron. De los 48 bancos e instituciones financieras
privadas que había en el 2005, solamente quedan 17. El resto está en manos de la revolución
venezolana. La bolsa de valores ha desaparecido. La legislación, enemiga del inversionista,
redujo la cadena de producción local de las empresas multinacionales a su
mínima expresión y aniquiló el sector exportador privado. Ante esa situación, profesionales formados
con dineros públicos y privados han emigrado hacia otros países; huyendo de la
guerra civil, el desabastecimiento de alimentos, una caída del PIB del -4.5 % y
la inflación del 133%. El gobierno eliminó la prensa libre mediante
leyes y expropiación. Chávez y Maduro,
han intimidado y censurado a sus críticos, mientras los medios están dominados
por el gobierno y sus cadenas nacionales.
El oficialismo ecuatoriano ha
llorado la muerte de violadores de los derechos humanos como Muamar el Gadafi y
el guerrillero colombiano Raúl Reyes. Secunda
regímenes como los de Irán, Bielorrusia y Cuba, en los que la situación de los
derechos humanos es catastrófica. El 26
de febrero pasado, el Ministerio de Relaciones Exteriores organizó un acto de
solidaridad con el gobierno de Venezuela, en el que el canciller mostró su
respaldo absoluto a la gestión de Maduro.
No sé por qué me viene a la mente aquel refrán de “El Quijote” que dice:
“dime con quién andas y te diré quién eres”.
Es interesante notar que todos
los Estados asociados con Cuba emplean la misma receta, logrando los mismos
resultados. Denuncias de complots falsos
contra los mandatarios, en los que fallecen personas asesinadas o son
encarceladas ilegalmente. Hambre, la
falta de productividad y el irrespeto de los derechos humanos de los ciudadanos
son el desenlace de los pueblos que aplican la fórmula cubana. Espero que nuestro país se aleje de ese
nefasto esquema y que intente mediar en la crisis venezolana, para que no pase
a mayores. Situaciones como estas son
oportunidades para los estadistas.
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