MI VEJEZ
¿Alguna vez ha pensado de qué
va a vivir en su vejez? Yo sí. Especialmente
cuando veo a los jubilados reclamando su derecho para percibir paupérrimas
pensiones o las denuncias que surgen desde los hospitales administrados por el
IESS. Se nota la frustración del primer
mandatario al tratar de resolver los problemas de las medicinas caducadas y los
presuntos negociados. El sistema pareciera
un monstruo incontrolable.
La solución: eliminar el monopolio
público de la seguridad social que nace a raíz del referéndum del año 1995, en
el que se prohibió la posibilidad de que prestadores privados de libre elección puedan competir
proveyendo los servicios que el IESS ofrece.
Es bajo esta premisa que nuestra Constitución proscribe la privatización
del sistema de seguridad social, mientras en la práctica, el sistema público
incumple con la declaración de los derechos humanos y las garantías de ofrecer
seguridad social a los ecuatorianos que la Carta Magna ordena.
El sistema de seguridad social
actual no beneficia políticamente al gobierno ni sirve a sus afiliados. El derecho evoluciona según las nuevas
necesidades de las sociedades y está claro que en este caso, después de veinte
años de experiencia, el IESS ha fracasado como consecuencia de la obligatoriedad
impuesta a los ecuatorianos de aportar a un sistema único que no compite para
servir mejor a sus afiliados.
Necesitamos reparar lo que no funciona.
No quiero ni que usted ni yo
trabajemos hasta la muerte para mantenernos.
Tampoco me gustaría que algún
miembro de nuestras familias reciba el posible maltrato del IESS para ser
atendido en algún hospital de la institución.
Debemos anhelar lo mejor para todos.
Es menester reformar la Constitución en ese sentido. Poner en práctica la alianza público privada del
reglamento promulgado por decreto ejecutivo en el mes de febrero, para que las
empresas de medicina prepagada y administradoras de fondos de pensiones
privadas compitan con el mejor servicio para poder captar a cada uno de los
empleados del Ecuador. Esto también
fomentaría la creación de nuevos hospitales privados que atiendan a este
universo con servicio de calidad.
Es de
interés público y generaría inversión privada, nuevos puestos de trabajo e
impuestos. De esa manera ganamos
todos. El gobierno podrá invertir el
dinero en otras áreas que así lo requieren y los afiliados seremos bien atendidos,
mientras creamos ahorro nacional rentable mediante las administradoras de
fondos de pensiones. Esos fondos podrán
ser invertidos con mayor productividad dentro de la economía nacional e
impulsarán el desarrollo de la bolsa de valores. Igual que el exitoso modelo chileno
vigente. Se podrán quedar en el IESS todas
las personas que así lo deseen y los demás podremos migrar hacia otros
prestadores privados. En otras palabras,
queremos libertad para elegir.
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