EL MODELO CAVERNÍCOLA
La Ley de Incentivos a la
Producción y Prevención del Fraude Fiscal nace como respuesta a la caída del
precio del petróleo. Pero deja mucho que
desear. Además de su nombre contrario a
la motivación y a lo que dice promover, en ella se encuentran incentivos para
empresas que inviertan más de cien millones de dólares, cuando los alicientes
deberían ser a partir de doscientos cincuenta mil dólares, una suma acorde con
la economía ecuatoriana. Esa Ley grava con impuesto a la renta la utilidad
generada en la venta de acciones; limita la deducibilidad en rubros como publicidad,
salarios y regalías; e incrementa al 25 % en la tasa del impuesto a la renta
para la proporción de accionistas que residan en paraísos fiscales. ¿Estos son
los incentivos?
No debemos perder de vista que
la caída del precio del petróleo es un árbol dentro del bosque. El bosque es el modelo económico del
socialismo del siglo veintiuno, el cual ha fracasado en Ecuador y Venezuela. Un modelo económico que distorsiona la
economía al sustentarse en la inversión pública como única forma de desarrollo;
dejando de lado la inversión privada.
Hoy, nuestras billeteras tienen tufo a petróleo. Gracias al discurso del poder ejecutivo y sus
actos, hemos atraído poca inversión extranjera en comparación con Colombia,
Perú y Chile. Con ella, hubiéramos
logrado más empleo, impuestos y un know how que nos permitiría mejorar la
competitividad en un mundo globalizado.
Los gobiernos no viven de ingresos provenientes del petróleo e
impuestos, sino solamente de los segundos.
Ecuador vive la irrealidad fiscal de la apropiación indebida.
El gobierno está asustado. Tiene un déficit que es el resultado de
gastar más de lo que tiene. ¿Qué habría
pasado si la infraestructura de la que se vanagloria haber construido hubiera
sido financiada, vía concesión, con recursos privados? Primero, el Estado
tuviera más dinero para la inversión social, y segundo, las anheladas
hidroeléctricas ya estarían listas. Los
chinos no son nuestra mejor opción. China
tiene estándares bajos de construcción y seguridad. Las empresas privadas del país habrían
financiado la obra, generando mayor riqueza para el Ecuador.
A pesar del ambiente hostil de
negocios, las exportaciones no petroleras del año 2014 crecieron 17 % en comparación
con el periodo enero-agosto del año 2013.
Es decir, el sector privado cumple con su misión dentro de la
sociedad. Los ciudadanos tenemos derecho
a importar, porque nuestra libertad así lo permite y porque además vienen
bienes de capital necesarios para producir como calculadoras, maquinarias
agrícolas, teléfonos inalámbricos, autos para el turismo, etcétera.
El gobierno pretende que regresemos al ábaco
y al fax. Las medidas del COMEX sólo
disminuirán la productividad de las empresas e incrementarán los costos en
perjuicio del consumidor. Dificultan la
educación para lograr mayor eficiencia. La
solución es vender más, no comprar menos.
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