EL MODELO CEPALINO
El precio del petróleo está a
la baja y pronostican que seguirá cayendo en los próximos meses. Similar a lo ocurrido en la dictadura de los
años setenta, dedicada a incrementar el gasto y el endeudamiento público,
mientras promovía la reducción y la sustitución de las importaciones. El resultado es que se ha producido un
déficit fiscal a pesar del record en ingresos.
Nietzsche declaró que existe un eterno retorno de las cosas. Un constante renacer bajo otro rasgo. El gobierno lo ha demostrado. No es que desconozcan la historia. Todo lo contrario. Aplican trucos que a los fascistas y
regímenes socialistas les permitieron permanecer en el poder hasta que se desmoronó
la carpa del circo que montaron. Los
resultados serán los mismos. Falta de
oportunidades para nuestros hijos en las décadas venideras. La libertad es un principio fundamental para
que las cosas funcionen con sentido común.
Nos hablan de las ventajas del
colectivismo. Todos tenemos los mismos
derechos y estamos conectados por la misma luz, pero no somos iguales. Por ejemplo: la palabra sindicato se usa por
economía de lenguaje. El sindicato no va
al cielo o al infierno en conjunto. Depende
del esfuerzo del individuo. Las personas
trabajan por su propio beneficio. Por
eso el comunismo no funciona. Porque
desmotiva el emprendimiento y la innovación necesarios para progresar.
En el primer trimestre del
año, las importaciones de bienes de capital y materias primas para generar
industria, mermaron en un 6 % y 3 % respectivamente. La economía dejó de crecer, exigiéndole ganar
menos a los importadores de bienes de consumo.
¿Quién se congratula por percibir menos ingresos que el año pasado? ¿No
debería fomentarse lo contrario? Los importadores son empresarios que pagan sueldos y los impuestos
que constituyen la principal fuente de ingresos del Estado. Colombia y Perú, nuestros socios comerciales,
se oponen a este modelo porque atenta contra el libre comercio. Y la Comunidad Andina de Naciones les ha dado
la razón.
La demanda de petroquímicos se
desacelera, mientras existe un incremento en la oferta mundial. Es una debilidad el depender tanto del
monopolio público de los ingresos petroleros.
El mundo libre está globalizado. Nadie
puede vivir en el ostracismo. El reto es
que la industria, los servicios y los productos del campo superen las
exportaciones petroleras. Tenemos que
promover la inversión extranjera, la innovación y competencia. Solamente así lograremos el desarrollo
individual. No con dádivas, ni
proteccionismos.
Comentarios
Publicar un comentario