PRINCIPIOS BÁSICOS
Las dictaduras de este siglo
ya no son violentas. Gobiernan con la
Ley. De allí la necesidad de defender
los principios básicos como las libertades de las personas de un país. En nuestra democracia, existen ciertas
sanciones desproporcionadas en relación a la falta. Por ejemplo: la existencia
de penas privativas de la libertad porque una persona natural no afilie a un
trabajador al IESS. Eso no es razonable;
incluso aunque el fundamento sea una
consulta popular y la Ley otorgue cuarenta y ocho horas para afiliar al
empleado desde la notificación del IESS al patrono. Las mayorías también aprobaron barbaridades
durante el gobierno de Hitler. El
derecho a la libertad es connatural al ser humano.
El Estado promueve
monopolios estatales como los del IESS, el sector petrolero, el espacio
radioeléctrico o la contratación de seguros de los bienes del Estado con
aseguradoras públicas, haciendo gala del abuso de poder del mercado. Si bien es cierto que la Ley permite algunas
de estas aberraciones y por otro, los entes de control, habría que preguntarse
por qué. ¿Es razonable que el IESS no
compita con proveedores privados que ofrezcan los mismos servicios porque hace
dieciocho años los sindicatos del IESS impusieron en la consulta popular su
interés particular al general? ¿Quién le otorgó al Estado el derecho de
apropiarse del petróleo y del espectro radioeléctrico? ¿Leyes promulgadas
durante dictaduras? ¿Por qué el Estado cobra por el espacio radioeléctrico a
sus usuarios si él mismo lo obtuvo gratis? ¿Cómo así el Estado puede apropiarse
de las utilidades de los empleados privados del sector de las
telecomunicaciones y del petrolero?
Según el Código Civil, “La
ley es una declaración de la voluntad soberana que, manifestada en la forma
prescrita por la Constitución, manda, prohíbe o permite”. Pero ¿qué pasa cuando la Ley es injusta? Cuando
infringe derechos básicos del ser humano, del libre comercio y coarta la
libertad de expresión. No es honesto
usar la maquinaria propagandista estatal para inducir a los ciudadanos a votar
en consultas populares por aberraciones.
¿Es este un Estado que protege nuestros derechos y ofrece seguridad
jurídica para invertir generando fuentes de empleo?
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