EL ALCOHOL Y OTRAS DROGAS

La justificación para el incremento de impuestos y establecimiento de horarios para  la venta de bebidas alcohólicas en el Ecuador es que “existe una vinculación fuerte entre violencia, inseguridad y alcohol”.  Estamos de acuerdo.  Hay una fuerte relación entre la adicción y el crimen, pero la conexión es inversa al fundamento para la prohibición.  Los delitos los cometen los adictos debido al alto precio de las drogas como consecuencia de la prohibición o restricción de la oferta.  Si las drogas fueran legales, el suministro incrementaría, los altos costos del mercado negro y la corrupción del sector público causada por estas prohibiciones desaparecería.  Los precios bajarían lo suficiente como para eliminar la mayoría de los delitos causados por los consumidores.  Disminuiría el contrabando de bebidas alcohólicas.  Estas prohibiciones intentan mostrar al gobierno como bueno, paternalista.  Lo que ha logrado es la importación de bandas criminales de todo el mundo.  Los resultados de las medidas adoptadas: incremento de ejecuciones por venganza y crecimiento sustancial del tráfico de drogas ilegales hacia otros países. 

No se promulgan leyes para que tomemos cierta cantidad de vitaminas al día o para que seamos corteses con los demás.  La coerción priva al hombre de la libertad de escoger y por ende, de escoger moralmente.  La ironía es que forzar a los hombres a actuar moralmente nos priva de la posibilidad de ser morales.  El concepto de moralidad no significa nada, a menos que el acto sea realizado libremente.  El convertir en ilegales a las drogas porque algún día podrían inducir a alguien a cometer un delito implica la negación de la libre voluntad y la eliminación de los derechos de quienes no cometen crímenes porque usan drogas. 
Es necesario realizar campañas preventivas contra el consumo de drogas porque permiten tomar decisiones razonadas en base a la información recibida.  Podemos prohibir todos los agentes cancerígenos incluyendo cigarrillos, zapatos apretados o exposición excesiva al sol.  Además proscribir exceso de ingesta de helados, huevos y mantequilla, porque pueden causar enfermedades cardiacas.  Y si esas prohibiciones demuestran ser inaplicables, la lógica actual nos obligaría a encarcelar a las personas para que reciban la cantidad de sol justa, la dieta correcta y zapatos adecuados a sus pies.

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