EL CUARTO PODER EN PELIGRO
Cuando defendemos la posición de los directivos de El Universo, apoyamos algo más que a una familia propietaria de un periódico que ha sustentado el debate durante 90 años. Protegemos lo que Edmund Burke (1729-1797) definió como el cuarto poder. Un poder ejercido por el público del siglo veintiuno a través de los medios de comunicación y el Internet. Preocuparnos por el destino del diario El Universo significa salvaguardar el derecho que tenemos a pensar y expresar libremente nuestras opiniones. Son los países gobernados por tiranos los que censuran los medios de comunicación y el Internet. Es correcto afirmar que los medios se han equivocado en ocasiones, pero también es acertado afirmar que son inusuales ciertos hechos que se han suscitado durante el proceso penal que el ciudadano Correa ha iniciado contra los directivos de El Universo, Emilio Palacio y la Compañía Anónima El Universo. Por ejemplo, la celeridad con la que se ha llevado a cabo y la insólita aceptación de casi todos los jueces de la causa de que en la legislación ecuatoriana es posible querellar penalmente contra una persona jurídica. La indemnización solicitada, también es desproporcionada. No guarda relación con los US$ 51,000.00 dólares anuales que percibe el empleado público Correa.
La mayoría de los ecuatorianos no advierte lo que está en riesgo en este juicio. Tal vez, las presiones del diario vivir no se los permite. Michael Moore afirmó que el capitalista es capaz de vender la soga con la que lo vas a ahorcar y Karl Marx denominó pequeños burgueses a las personas que actúan de esa forma. Omisiones como estas, permitieron a los nazis asesinar a seis millones de judíos. El mayor acto de amor hacia nuestra familia, es no permitir el abuso del poder. Hoy es la familia Pérez quien sufrirá las consecuencias, pero mañana podría ser perseguida nuestra familia por cualquier motivo. Si permitimos que se consume este despropósito, quedaremos ante nuestros descendientes como la generación cómplice de esta degeneración. Según la Fundación Ethos, Rafael Correa ha sido el presidente más insultador y ofensivo de la historia ecuatoriana. Sin embargo, cuando alguien osa diferir de la versión oficial, es perseguido judicialmente. No se aplican las mismas reglas del juego. La patria dejó de ser de todos.
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