¿NOS VA BIEN?

Varios revolucionarios light me han explicado que no existe motivo de queja  porque al empresariado le va bien.  Como me lo han comentado distintas personas en diferentes ocasiones, asumo que se ha convertido en el nuevo argumento oficial.  No concuerdo con la tesis de que la economía está bien.  El socialismo del siglo veintiuno no funciona.  Lo único que lo sustenta es el elevado precio del barril del petróleo.  Cuando este caiga, el modelo se derrumbará como un castillo de naipes e intentarán cargarnos más impuestos.  Los revolucionarios no están dispuestos a apretarse el cinturón.

Pero además, tenemos que analizar la película completa.  El gobierno está dirigido, según las estadísticas de la Fundación Ethos, por quien ostenta el dudoso honor de ser el Presidente más insultador y ofensivo de la historia del Ecuador.  El Tribunal Electoral del 2007 destituyó 57 diputados elegidos por el voto popular para garantizar la convocatoria de la Consulta Popular que aprobó la  Asamblea Constituyente encargada de redactar una Constitución que ha sido infringida cientos de veces por los propios autores.  Un familiar del Presidente ha aceptado públicamente que contrató con el Estado usando empresas extranjeras, contrariando el espíritu del artículo 62 de la Ley de Contratación Pública reformado por el partido de gobierno.  La Constitución  del 2008 sanciona explícitamente la simulación.  Los sistemas internos de control no funcionan.  Se usan ingentes sumas de fondos públicos para financiar medios de comunicación incautados y otros, fundados por el gobierno, para difundir propaganda oficial que ataca a los propios contribuyentes. Se denuncian irregularidades en el sistema oficial de contratación pública y durante las declaratorias de emergencia.  La Asamblea Nacional, ni el Fiscal General indagan sobre actos que a la mayoría de los ecuatorianos nos gustaría esclarecer.  Se intenta amordazar por diferentes vías a los medios de comunicación independientes que todavía sobreviven.  No se puede discutir lo que sucedió el 30 de septiembre, solamente podemos repetir la versión presidencial.   Se interviene burdamente a la Función Judicial con un decreto ejecutivo inconstitucional.  Chucky Seven continúa suelto haciendo de las suyas.  Y cuando usted menciona esto a un revolucionario, este justifica todo trayendo a colación actos igual de penosos suscitados en gobiernos anteriores o difamando a alguna persona que generalmente ha tenido una trayectoria de trabajo empresarial exitoso.   Me pregunto entonces ¿en qué consiste esta revolución? ¿Estamos bien?

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