LA FARSA
Concuerdo con el Canciller. Es “una indelicadeza” preguntarle al presidente el destino de la ingente suma de dinero transferida al exterior para comprar un departamento en Bélgica. No fue depositada en un banco de Alemania, como había declarado oficialmente el SRI. Estas inversiones son cosas que tienen que ver con el “fuero personal”, agrega Patiño. Un ecuatoriano debe tener el derecho a invertir su dinero donde quiera y a gastarlo en las cosas que lo hagan feliz. Nadie puede insultar a otra persona diciéndole “vende patria” porque saca su capital del Ecuador. Un país convertido en enemigo de la inversión privada desde el gobierno de la revolución ciudadana.
El presidente había declarado que si ganaba la demanda planteada contra un banco nacional, la indemnización sería entregada al pueblo ecuatoriano, si este así se lo pedía. Pero que su principal deber es darle seguridad económica a su familia, porque había sufrido por eso. Nuevamente, de acuerdo. Correa arriesgó y ganó. No tiene sentido repartir el dinero obtenido con esfuerzo. Es obligación de todos preocuparnos por los desprotegidos de la sociedad, pero es demencial distribuir riqueza a quien no se ha esforzado por conseguirla.
En Cuba, solamente los Castro circulan en Mercedes Benz último modelo. Los cubanos con más suerte (afiliados al partido), lo hacen en un vehículo del año 1959. Los Castro comen rico. El pueblo tiene que prostituirse con los turistas para obtener dinero necesario para alimentarse. ¿Será por eso que el SENPLADES planifica fomentar el turismo en Ecuador? En el reparto solidario que propone la izquierda, solamente los líderes se quedan con las comodidades. Los ingenuos reciben migajas.
Fabricio Correa también tiene razón. Todos tenemos un peluconcito adentro. Aspiramos que nuestros hijos se preparen en los mejores centros de educación posibles. Invertir en países que ofrezcan seguridad financiera. Comprar viviendas en sectores que nos protejan de la delincuencia. Chefs belgas en el palacio. Viajar en avión privado y carros de lujo. Por eso es que lo de la compra del departamento en Bélgica es incoherente con el discurso socialista. Para el presidente, la solidaridad es para los demás. No aplica cuando se trata de su patrimonio familiar.
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