GUAYAQUIL DE MIS AMORES
Guayaquil es una de las mejores ciudades de
Latinoamérica. Tenemos una municipalidad
bien administrada, capacidad hotelera, centros de convenciones y actividades
turísticas. Es la única ciudad en la que
ha subido el empleo adecuado gracias a que es y siempre ha sido un motor
comercial.
Guayaquil es el Nueva York de Ecuador. Está construida por personas que creen en el
libre comercio y que han venido desde diferentes lugares. Eso la convierte en una ciudad sostenible y
sustentable.
Es vital que nuestro norte siga siendo la mejora
continua, incluyendo un crecimiento planificado. El cumplimiento de esa obligación de las
autoridades electas permitirá mejorar la calidad de vida de todos los que
vivimos en el gran Guayaquil.
Ahora, tenemos que tener claros los puntos a
mejorar.
Según el Municipio de Guayaquil, se construyó un
promedio de nueve metros cuadrados de áreas verde por habitante. En el pasado, el ex alcalde ha declarado que
el promedio, hace veinte años, era de medio metro cuadrado por persona. Un avance importante, pero al ser Guayaquil
una ciudad caliente, requerimos más parques que sirvan de recreación, pulmón y
sombra en beneficio de los locales y visitantes.
También sería trascendente que se protejan los árboles
antiguos y autóctonos de la ciudad, siguiendo el modelo de las metrópolis más
hermosas.
Destaco la palabra autóctonos por su belleza. Nos diferencian de otros paisajes y eso es lo
que un turista viene a conocer. Incluye
a los bosques que la circundan, que están llenos de hermosa flora y fauna,
convirtiéndose en otra posibilidad para el turista.
Estas atracciones captarán a dos tipos de turismo: de
convenciones, que cuando viene por trabajo descubre la ciudad y posteriormente
regresa con su familia, y al turismo de naturaleza, que incluye al de sol y
playa.
Guayaquil ha sido pionera en el Ecuador en iniciar su
transformación a convertirse en ciudad inteligente. Hay una gran cantidad de puntos de conexión
de Internet, superior al de muchas ciudades importantes. Eso facilita la comunicación y el
emprendimiento de los usuarios. Es la
base para poder iniciar un proceso de exportación de tecnología agua y
residuos. Permitirá la inclusión, mediante
la tecnología, de las personas con capacidad disminuida y apostar por la
gestión eficiente de la energía. También
posibilitará mejorar la movilidad. Hay
que potenciar todas estas opciones.
Ahora, ninguna de estas tácticas obtendrá el objetivo
de prosperidad al que apuntamos si no mejoramos la seguridad.
Según el artículo 261 de la Constitución, el Estado
central tiene competencia exclusiva sobre la protección interna y orden
público. Una vez más, el centralismo, dificulta que los problemas se solucionen.
En este caso, la seguridad en la ciudad de Guayaquil.
Si la Constitución se ha convertido en un
inconveniente para que la ciudadanía y los visitantes de la urbe podamos vivir
con seguridad, hay que reformar la Constitución, de tal manera que esta
competencia pueda ser delegable a los los gobiernos autónomos descentralizados que
así lo soliciten. De esa manera, se
combatirá más eficaz y eficientemente la delincuencia en cada localidad y
mejorará la calidad de vida, que es a lo que todos aspiramos.
Comentarios
Publicar un comentario