NUESTROS GERENTES
Los mandatarios electos a
cargos públicos son como los gerentes generales de una empresa. Responden ante una junta general de socios
(ciudadanos) y no pueden hacer lo que dicte su voluntad. Solamente pueden obrar de acuerdo a lo que
está permitido por los Estatutos de la sociedad (leyes del país). Su misión tampoco es discriminar a los
accionistas, sino servirlos, para lograr su bienestar.
Cuando un administrador presenta
balances deficitarios, la junta general de la compañía solicita que rectifique. Pero por alguna razón, hemos aceptado que eso
ocurra con la administración pública.
Si ese mismo gerente
insistiera en su estrategia perdedora de administración y solicitase que los socios
aporten más capital (impuestos), sería despedido.
Peor aún, si la junta general
conociera que en su administración existe corrupción. Que es un administrador incapaz de
controlarla o participó en ella como autor, cómplice, encubridor o por omisión. No es que en arca abierta los justos
pecan. El arca debe estar cerrada y es
responsabilidad del gerente mantenerla así.
Para eso también fue elegido.
Nuestros representantes tienen
la responsabilidad de hacernos quedar bien.
Por más que piensen diferente a sus mandantes. No se puede defender a guerrilleros o
criminales a nombre de un país.
Pareciera que nuestros
servidores públicos se sienten monarcas y que su poder proviene de lo
divino. Pero la historia muestra que incluso
ciertos reyes tuvieron que abdicar porque no pudieron cumplir la normativa que
los regía.
Winston Churchill dijo que “el
político se convierte en estadista cuando comienza a pensar en las próximas
generaciones y no en las próximas elecciones”.
Ojalá nuestros administradores públicos, elegidos por voluntad popular,
comiencen a pensar así. Que no sigan endeudándonos
para mantener el gasto populista, sacrificando el futuro de las próximas
generaciones, mientras ocultan a sus mandantes las deudas en las que han
incurrido a nuestro nombre.
En las próximas elecciones
debemos elegir personas competentes, que solucionen el problema económico que
el gobierno ha ocasionado a pesar de haber recibido la mayor cantidad de
ingresos en la historia republicana.
Lo importante es que el
gobierno genere felicidad y oportunidades a cada uno de los ciudadanos,
respetando su libertad individual. No lo
contrario.
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