LA FRANQUICIA

Los socialistas del siglo XXI están relacionados con fascistas europeos como Hitler y Mussolini. El fascismo no es un asunto de derecha o izquierda, sino una estrategia para lograr el máximo control.


El caudillo fascista populista, es mesiánico, plebeyo, carismático. Busca la refundación de la patria, la reforma constitucional e idolatra al Estado porque su proyecto colectivista aspira a redistribuir la riqueza. Se fundamenta en la propaganda política; destruye las instituciones liberales; fomenta la ideología étnica; logra que su partido sea identificado con el Estado; desprecia la libertad individual y promueve valores del siglo XVIII, como el nacionalismo.

El comunismo y el nazismo son ideologías hermanas.  Hitler confesó en que él era el “realizador del marxismo” y un profundo conocedor de la obra de Marx.  “Todos estos métodos nuevos de lucha política fueron inventados por los marxistas.  No he necesitado más que apropiármelos y desarrollarlos”.  Hasta el antisemitismo nazi fue heredado del marxismo.  Hitler conocía el “Ensayo sobre la cuestión judía” escrito por Marx, en el que el intelectual evidencia su odio a los judíos. 

Una característica populista es culpar a otros de sus errores.  Todo lo sucedido ha sido culpa de los ricos, los gringos, el capitalismo, la tormenta perfecta, la libertad individual, el terremoto o la CIA.  Nunca admitirán su incapacidad.  Intentan convertirnos en víctimas, para requerir un “salvador” que ponga fin a estos enemigos internos y externos.  Esto tampoco es un invento latinoamericano.   

Por eso es vital encontrar nuevas opciones.  Candidatos que nos orienten hacia el crecimiento sostenible que beneficie a todos.  Solamente trabajando como equipo, saldremos adelante.  Divididos como hasta ahora, entre sector público y privado, continuarán enriqueciéndose los funcionarios públicos que otorgan u ostentan privilegios. 

El socialismo del siglo XXI promueve lo contrario a lo que predica: oligopolios, prebendas y desigualdad de oportunidades.  No desperdicie su voto.  Las próximas elecciones son el punto de quiebre.  La economía no soporta cuatro años más de esto.  Así estaba Venezuela en el 2012 y constate cómo está hoy.  Queremos libertad y más oportunidades.  Es el gobierno quien debe temer a sus mandantes, no lo contrario.

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