FLEXIBILIDAD LABORAL
El sector productivo solicita
flexibilidad laboral. La intención es crear
nuevas fuentes de empleos que contrarresten su disminución desde la
promulgación de la Constitución vigente en el año 2008. En ese entonces, la Asamblea Constituyente
decidió prohibir la intermediación laboral, la tercerización de las actividades
propias de la persona empleadora y la contratación por horas.
La justificación fue que
algunas intermediadoras y tercerizadoras no cumplían con las normas laborales. Si eso era así ¿por qué el Ministerio de Trabajo
no sancionó a las empresas transgresoras que estaban dentro de su ámbito de
control? Eran una minoría, pero se
sacrificaron los puestos de trabajo de muchas personas. El sector privado hubiera apoyado la
aplicación de la Ley para castigar a aquellos negocios infractores que
competían deslealmente.
Desde la última Asamblea
Constituyente no ha existido una reforma laboral que haya creado nuevos
empleos, sino lo contrario. A pesar de
ser uno de los países que tiene las regulaciones laborales más restrictivas del
mundo, continúa creciendo el desempleo formal.
La estabilidad laboral se
logra cuando los trabajadores cumplimos nuestras funciones y excedemos lo que
se espera de nosotros. Ningún administrador
diligente invierte tiempo y dinero en seleccionar y entrenar personal para
después despedirlo. Es lo opuesto. Las empresas cuidan a sus talentos. No quieren que la competencia se los lleve,
pero hemos llegado a una situación atípica en la que se tiene que dejar ir a
los mejores trabajadores, porque no alcanza la sábana para pagar el rol, como
consecuencia de que el Estado no solamente no facilitó la productividad en los
últimos nueve años de bonanza petrolera, sino que se dedicó a castigarla con inseguridad
jurídica, normativa excesiva, restricciones al libre comercio, inflexibilidad
laboral, límites a las brechas remunerativas y mayor presión fiscal; alejando a
la inversión local y extranjera.
La intermediación, la
tercerización y el trabajo por horas, son modalidades apoyadas por la
Organización Internacional del Trabajo.
¿Por qué? Porque crean nuevos empleos. Ese tipo de modalidades
flexibilizan la relación laboral. Logran
que los inversionistas piensen menos al momento de contratar a alguien y
permite ofrecer opciones a los desempleados.
Es bueno para todos.
Contratos a prueba de tres
meses, restricciones laborales para impedir el libre acuerdo entre las partes y
convenios de trabajo con plazos indefinidos, suenan a matrimonios con noviazgo
de tres meses que tienen pocas probabilidades de sobrevivir en el tiempo. Las naciones con leyes laborales más
flexibles son las que menos desempleo padecen.
Reformemos la Constitución y tracemos un futuro de prosperidad.
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