CAMBIO DE RUMBO

Estas semanas han sucedido tantas cosas, que es difícil comenzar.  Queda clara la desorientación del gobierno.  Propone seguro de desempleo, que alguien tendrá que pagar en época de vacas flacas.  Declama sobre soberanía, mas no defiende adecuadamente a las mujeres que fueron agredidas por la seguridad del presidente turco.  Rompe el Estado de derecho apropiándose de fondos del ISSFA, a pesar de que el debido proceso indica que un conflicto por la compra venta de predios urbanos en Los Samanes tiene que solucionarse usando la vía judicial.  Esto último corrobora el mensaje que el poder ejecutivo ha enviado desde sus primeros meses: incumple sus compromisos.  Si se les paquetearon cuarenta y ocho millones a la seguridad social de las Fuerzas Armadas, otro tanto al fondo privado de los maestros, no se respetaron los contratos con las petroleras y se recompraron los bonos Global 2012 y 2030 perjudicando indebidamente a sus tenedores,  nosotros, los simples mortales, podríamos ser objeto de cualquier abuso.

Esto denota decadencia.  Especialmente después de haber administrado aproximadamente trescientos treinta mil millones de dólares y siendo los controladores de todos los poderes del Estado.  No existe propaganda que justifique lo que está ocurriendo.  Tenemos un administrador de la cosa pública negligente.  Todos contamos con amigos y familiares desempleados.  Mientras tanto, la recaudación del IVA cayó 18 % en diciembre.  Un indicador que evidencia menor cantidad de ventas. 

Nuestros servidores públicos prefieren morir en su ley antes que corregir el rumbo frente a la realidad de las cifras.  Tal vez con la intención de ser derrocados.  Convertirse en mártires, para después regresar cuando el próximo presidente haya tomado las medidas correctivas para desmontar las desastrosas políticas económicas que nos han llevado a esta situación.  Después conoceremos cómo se ha hipotecado el futuro del país con China y las verdaderas cifras de las obligaciones contraídas.

Una persona de buena voluntad, tiene el deber moral de rectificar para evitar las consecuencias de un modelo que hemos comprobado no funciona sin el precio de petróleo alto.  Disminuir la presión tributaria.  Eliminar las restricciones comerciales.  Promover la flexibilidad laboral (volver al trabajo por horas es una excelente iniciativa).  Generar confianza.  Restringir el gasto público improductivo.  Fomentar la productividad.  Firmar acuerdos de libre comercio para poder facilitar la venta de nuestros productos a un mercado más amplio.  Implementar un sistema de capitalización individual para generar ahorro que pueda invertirse en el Ecuador y contemos con una pensión justa.  Reglas estables en el tiempo.  Son algunas de las sugerencias aplicables.  Por el buen vivir de todos.    

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