ACADÉMICAMENTE

“Llámele como le dé le gana: crisis, recesión.  Académicamente sabemos que no estamos en crisis” declaró el presidente en su último enlace.  Esta afirmación no concuerda con el diagnóstico de los profesores, ni los economistas nacionales y extranjeros más renombrados.  Según la doctrina, existe recesión cuando el Producto Interno Bruto (PIB) desciende consecutivamente durante dos trimestres.  En nuestro país ha ocurrido en los últimos tres.

Felipe Larraín Bascuñán, confirmó que estábamos en recesión en base a esos principios universales.  Felipe es  economista, académico, investigador y empresario chileno.  Ministro de Hacienda durante el gobierno de Sebastián Piñera.  Durante su gestión se crearon un millón de nuevos empleos, algo de lo que no se puede jactar la revolución ciudadana.  Escribió, junto a Jeffrey D. Sachs, “Macroeconomía en la Economía Global”, tal vez el libro más estudiado en el mundo de la economía.   

Felipe Larraín comentó varias cosas durante su estancia en Ecuador como invitado de la Cámara de Comercio de Guayaquil.  Le sorprendía que no existan fondos de ahorro, porque no se pueden pagar las obligaciones estatales con puentes, hospitales o autopistas.  Para eso es indispensable el dinero.  Considera recomendable firmar tratados de libre comercio con todo país que quiera comerciar.  Uno no hace negocios exclusivamente con quien comparte la misma ideología o con los que nos caen bien.  Por ejemplo, gracias al NAFTA, el 80 % de las exportaciones de México van a Estados Unidos y no dependen del petróleo, como es el caso de nuestra economía.  El 95 % de las exportaciones de Chile están dirigidas a los 4500 millones de consumidores obtenidos mediante los sesenta tratados de libre comercio que ese país ha suscrito.  El no firmar esos acuerdos nos pone en desventaja con los países que sí lo han hecho y que compiten por colocar los mismos productos que Ecuador exporta.

Larraín sustentó con cifras que no existe crisis mundial; idea que el gobierno nos quiere vender para justificar su administración excéntrica de los recursos.  La economía de la mayoría de los países está creciendo, pero los precios de las mercancías que veníamos exportando han caído y es posible que así se mantengan.  Es importante que nos reorientemos.

Es mejor que el Estado se convierta en un facilitador del libre comercio y no lo contrario.  Los países exportan para poder importar.  No tiene sentido restringir el uso de dólares, sino que se debe fomentar su generación mediante la productividad y la exportación; mientras el gobierno reduce el ingente gasto fiscal.  Aclarando que la palabra gasto, no es sinónimo de inversión, como los verdes flex mezclan en sus discursos y balances.  Un país no se puede desarrollar según el criterio de un puñado de intelectuales que tienen la soberbia de creer que pueden planificar la vida de todos. Las naciones que progresan ofrecen un marco legal que simplifica el emprendimiento y la innovación en libertad.

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