¿CENSURA A LA CAMPAÑA?
Las Fuerzas Armadas hicieron
un “firme llamado a todos los actores políticos para que durante este proceso
electoral los temas de la defensa y la seguridad nacional sean tratados con
prudencia, respeto y responsabilidad a fin de no afectar los intereses
nacionales”. Proclaman que “como soldados de honor, y sobre
la base de nuestros principios y valores militares, cumpliremos cabalmente el
rol que la constitución nos asigna”. Que es el de obediencia, según lo determinado
en la Carta Magna. Pero la declaración
de las fuerzas armadas pareciera una orden que aspira prohibir la discusión
sobre una institución que nos pertenece.
Dependiente de nuestro dinero y a la que podemos asignarle la misión que
decidamos. Incluso su eliminación. Históricamente, ningún ejército del mundo ha
otorgado felicidad a los pueblos. Genera
destrucción. Son permanentes consumidores
de los recursos de los Estados. Defienden
sus propios intereses y burocracia.
Llegaron en una época a exigir el servicio militar obligatorio y casi
gratuito a los jóvenes. Una flagrante
violación a los derechos humanos de las personas. Menos mal que eso se ha corregido en el tiempo. Los países perdemos ingentes recursos en la
compra de armas y en mantener sectores “estratégicos” administrados por hombres
que no reflejan diversidad cultural dentro de los altos mandos y que todavía
participan en actividades económicas relacionadas con la defensa nacional. Es hora de que el país afronte estos temas
sin censura. Las armas son nuestras. Las fuerzas armadas no son deliberantes según
la Constitución y declaraciones como las ocurridas en días anteriores nos hacen
pensar que deben reorientar su forma de pensar para adecuarla al siglo
veintiuno.
Comentarios
Publicar un comentario