COMPLEJO DE SUPERIORIDAD
El ministro Coordinador de la Producción, Santiago León, y otras autoridades ecuatorianas se reunieron en Bruselas con la delegación de la Unión Europea, el 19 de marzo último para negociar un Acuerdo Comercial. Los reportes del ministro León son optimistas. Sin embargo, quedan flotando en el ambiente ciertas declaraciones oficiales del Presidente y del Canciller que proyectaban la imagen de que las negociaciones no se iban a producir. El ministro León sabe que el aislamiento al que el gobierno somete al Ecuador amenaza nuestra supervivencia en un mundo globalizado. Chile tiene 21 acuerdos vigentes con 58 países que generan 4,210 millones de clientes potenciales; equivalentes al 83.3 % del PIB mundial. El 92.5 % del intercambio comercial de Chile con el mundo se produce con países con alguna preferencia comercial. Nicaragua, país que integra la pandilla del Canciller Patiño, tiene firmados tratados de libre comercio con Estados Unidos de América, México, Chile, la Unión Europea, Mercado Común Centroamericano y el ALBA. La revolución ciudadana en cambio, dejó pasar el tren para firmar un tratado de libre comercio con Estados Unidos de América porque somos soberanos. Con esa nefasta excusa, no logramos un tratado con nuestro principal socio comercial, para desarrollar relaciones de negocios inciertas con naciones como Irán, Bolivia, Cuba, Siria, Belarús, Azerbaiyán y Kazajstán. Una formula eficaz para evitar la creación de nuevos empleos y eliminar miles.
La mejor posición para negociar requiere tres elementos: poder, tiempo y dinero. La ausencia de uno de esos componentes disminuye el poder de negociación. Ecuador carece de los tres factores, pero renunció a negociar en bloque un tratado de libre comercio con la Unión Europea junto a la CAN. Creemos que la Unión Europea debe arrodillarse a nuestros requerimientos. Los de un mercado insignificante. Tampoco vamos a asistir a la VI Cumbre de las Américas para defender a Cuba. El dogma triunfa sobre el afán de prosperidad de los ecuatorianos. La realidad es que nadie necesita a un quejoso. Nuestros vecinos han logrado acuerdos comerciales con nuestros principales compradores y les va bien. Ecuador debe seguir su ejemplo.
Comentarios
Publicar un comentario