TIERRA DE NADIE
Los municipios están autorizados por el Código
Orgánico de Organización Territorial, Autonomía y Descentralización (COOTAD),
la Ley Orgánica de Régimen Tributario Interno y su reglamento, a cobrar el
impuesto del 1.5 por mil sobre los activos a las personas nacionales o
extranjeras que desarrollen actividades comerciales, industriales y financieras
que estén obligadas a llevar contabilidad y que estén domiciliadas o tengan un
establecimiento en la respectiva jurisdicción municipal.
Los sujetos pasivos que realicen actividades en más de
un cantón presentarán la declaración del impuesto en el cantón en donde tenga
su domicilio principal, especificando el porcentaje de los ingresos obtenidos
en cada uno de los cantones donde tenga sucursales, y en base a dichos
porcentajes determinarán el valor del impuesto que corresponde a cada
municipio.
Cuando los sujetos pasivos de este impuesto tengan su
actividad en una jurisdicción distinta al municipio o distrito metropolitano donde
tiene su domicilio, el impuesto se pagará al municipio donde se encuentre
ubicada la fábrica o planta de producción.
¿Fácil de comprender no? Sin embargo, parece que la
legislación no es clara para ciertos funcionarios varios municipios de la
provincia de Esmeraldas según un informe de posición estratégica difundido por
la Cámara de Comercio de Guayaquil. Ellos cobran a las compañías aunque no tengan
domicilio ni sucursales en el cantón y sobre la totalidad de los activos de la
empresa en todo el país.
Pero para agregar insulto al perjuicio ocasionado por
estos malos funcionarios, no se notifica legalmente al supuesto deudor,
impidiendo que ejerza su derecho constitucional a la defensa ante el respectivo
municipio esmeraldeño. Y al transcurrir
el plazo para pagar el cobro indebido, estos gobiernos autónomos
descentralizados (GADs) inician procesos coactivos por estas obligaciones
tributarias exageradas o inexistentes, oficiando a los bancos para que retengan
el dinero de las cuentas de las compañías que sufren este fraude.
En casos que conozco, embargaron más de un millón de
dólares. En ocasiones, cuando las compañías defraudadas han querido recobrar
este dinero, el municipio ha dicho que ya no tiene recursos, pero que emitiría
una nota de crédito para que sea usada en el futuro para cualquier pago que se
tenga que realizar en ese cabildo. De
Ripley ¿no?
Todo esto nos da la impresión de que determinados
ayuntamientos esmeraldeños se han independizado del Ecuador, porque no respetan
la Constitución del país ni su legislación tributaria.
Abusos de este tipo ahuyentan la inversión que tanto
requerimos. Son varias decenas de
millones de dólares los que se han cobrado ilegalmente. La Contraloría, la Procuraduría, la Fiscalía
y el Consejo de la Judicatura deben actuar en este asunto para castigar a los
malhechores y con ello reafirmar el mensaje anticorrupción que la sociedad
civil exige cumplir.
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