ANTICIPO DEL IMPUESTO A LA RENTA
Las exportaciones de banano,
café, cacao, atún, flores, aceite de palma, camarones y todos los demás
productos de exportación no petrolera no nacieron por iniciativa de un
funcionario público. Nunca sucede. En ningún lugar del mundo. Surgieron porque algún emprendedor vio una
oportunidad y se arriesgó. Sin embargo,
el Estado cree que puede planificar la economía, favoreciendo la teoría en
lugar de la realidad de los mercados.
Los países más desarrollados
lo son porque sus gobiernos son facilitadores para que los emprendimientos se
desarrollen y exista un clima de confianza para la innovación. A un país le va mal o bien, por la gestión gubernamental. Veamos el caso de Alemania occidental y
oriental. Sus ciudadanos tenían las
mismas raíces étnicas, pero una era capitalista y la otra socialista. La capitalista lucía prendida y animada. La socialista: lúgubre. Su gobierno había matado la motivación de sus
habitantes para progresar. Y en el
camino, había eliminado su libertad individual en beneficio de un bienestar colectivo
decidido por burócratas rusos y alemanes, que imagino sabios, porque decidían
lo que era mejor para todos. Lo mismo
sucede con Corea del norte y Corea del sur.
Existen fotos tomadas desde el espacio en la que Corea del norte luce
completamente apagada, mientras que la del sur está iluminada.
El Estado ecuatoriano no ha
fomentado ninguna exportación no petrolera.
Al contrario. Se ha convertido en el socio y el heredero no consentido
por los empresarios y sus familias.
Pregúntele a algún comerciante si es que se siente apoyado por el
gobierno o lo contrario. Ronald Reagan
declaró que “El gobierno tiene la visión de que la economía puede resumirse en
unas cortas frases: si se mueve, póngale un impuesto. Si se sigue moviendo, regúlese, y si no se
mueve más, otórguele un subsidio”.
Con esa intención surge el
anticipo del impuesto a la renta. Los
comerciantes preguntan sobre qué ganancia les están cobrando un impuesto por
anticipado, porque la mayoría no la va a tener en el ejercicio 2015. Este tributo toma además como base imponible
el patrimonio y no exclusivamente los ingresos, como era antes de este
gobierno.
Todo impuesto es
inflacionario, pero además implica un fracaso de la creatividad. Este tributo es aberrante. Nos obliga a subsidiar a un Estado que nos ha
llevado a esta situación como consecuencia de su excesivo gasto, falta de
previsión y oposición a la productividad.
La eliminación del anticipo de impuesto a la renta en el ejercicio 2016
permitiría que cuatrocientos millones de dólares ingresen a la economía para
fomentar la productividad. Necesitamos
reglas que nos inviten a hacer negocios y no trabas. Ojalá se dejen ayudar para mejorar el buen
vivir de todos.
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