TURISMO RECEPTIVO
El poder ejecutivo ha declarado en varias
ocasiones que aspira fomentar el turismo. Una excelente idea porque en gran
medida depende de la promoción que el gobierno pueda hacer en el exterior y en
la explotación sostenible de la diversidad de paisajes que nuestro país ofrece
dentro de distancias relativamente cercanas.
La misión de un Estado es dejar trabajar a los empresarios del sector, haciendo
cumplir normas macro, pero sin tratar de regular el detalle de la gestión. Tomo
como ejemplo el buceo recreativo. Casi
todos los funcionarios con los que he conversado en las últimas décadas no
conocen la actividad, pero tratan de regularla pormenorizadamente inventando
cosas que no sirven. La industria del buceo
recreativo se rige por estándares internacionales de seguridad y educación que
deben cumplir los instructores
certificados por organizaciones multinacionales. Esos estándares existen y se actualizan
constantemente desde hace aproximadamente setenta años. Algo parecido a las normas ISO que las
empresas aplican con el fin de adoptar buenas prácticas de administración.
Soy un amante de los viajes. Los disfruto en grupo porque el recorrido se
enriquece departiendo con los compañeros.
Uno de los juicios repetitivos que he escuchado en los últimos años es
que la comida ecuatoriana ha mejorado sustancialmente. Especialmente en nuestras ciudades más
grandes. Ya no impresiona tanto la
comida del exterior como hace tres décadas atrás. Es importante fomentar el trabajo de la nueva
generación de chefs dejándolos concentrarse en lo que son buenos: la creación
culinaria sobre la base de nuestras raíces.
No en trámites burocráticos.
Ecuador requiere autoridades con experiencia
en turismo y mercadeo. Que mantengan vigentes
en el tiempo la normativa correcta que regula el sector turístico y el de todas
las actividades económicas. Menor
legislación y mayor facilidad para cumplirlas.
Eso permite al empresario planificar
a largo plazo. El sector público se ha
acostumbrado a exigir, olvidando que es parte de un todo. El empresario turístico requiere que las
autoridades cumplan con su principal obligación: ser un facilitador comercial. Estoy seguro que el Ministro de Turismo
actual convertirá esas exigencias en una realidad que nos hará crecer.
Comentarios
Publicar un comentario