ES EL MOMENTO DE CAMBIAR DE SISTEMA
El sistema de capitalización individual chileno ha generado US$ 250.000 millones de dólares. De ese monto, el 79 % corresponde a rentabilidad por la capitalización de los aportes con un interés compuesto y el saldo, del 21 %, es el aporte de los trabajadores. Es decir, los trabajadores han recibido una altísima rentabilidad gracias al sistema y la economía se benefició.
Ese
capital representa el 90 % del PIB chileno.
US$ 210.000 millones de dólares están en los fondos de pensiones y US$
40.000 millones de dólares en las compañías de seguros para cubrir las rentas
vitalicias del sistema de capitalización.
El
nuevo sistema elevó como cohete la tasa de crecimiento económico desde su
creación en 1980 y evitó la quiebra del Estado chileno. Mediante un App cada trabajador conoce los
resultados de las acciones de sus empresas, mientras financian el crecimiento
nacional.
Treinta
países han adoptado el modelo chileno de capitalización en sus sistemas de
pensiones, porque el sistema de pensiones de reparto, creado en 1881 por el
príncipe Otto von Bismark, ha quebrado o se dirige a una quiebra descomunal en
los países como Ecuador, que lo mantienen vigente a través del monopolio
público del IESS.
Ese
resultado, que ha sido posible con una tasa de cotización significativamente
inferior a las del antiguo sistema de pensiones de reparto y a la de la mayoría
de los países desarrollados (el promedio de tasa de cotización para pensiones
en países que componen la Organización para la Cooperación y el Desarrollo
Económico, OCDE, es del 18,4%), se explica principalmente por un buen resultado
en la gestión de inversiones de los fondos de pensiones privados. De hecho, la mayor parte del total del fondo
de pensiones acumulado en las cuentas individuales de los afiliados corresponde
a ganancias de rentabilidad. Es hora de abrir el debate para promover un cambio
en el modelo de pensiones jubilares ecuatoriano. Sí es posible lograr una jubilación digna y
alejar nuestros aportes de los tentáculos de la corrupción.
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