QUEREMOS JUSTICIA
Nuestro sistema judicial es costoso, lento,
discriminatorio, incomprensible, corrupto e ineficiente. Impide que se respeten
los derechos humanos de la mayoría de la población, mientras una minoría, que
tiene los recursos para pagar abogados, se aprovecha de un modelo que
funcionaba hace novecientos años.
Según la OCDE, los habitantes de este planeta tenemos
más acceso al Internet que al respectivo sistema judicial. Por eso, planteo
transformar los procesos judiciales en lugar de solo automatizarlos. Imaginemos
una corte sin audiencias, que permita a las partes presentar sus argumentos por
vía electrónica; con menús para que los propios interesados accedan a la
información necesaria para avanzar en el proceso sin que sea indispensable un
abogado. Los sistemas de Cortes en Línea también tendrían rutas de ingreso para
los que sí somos abogados. Esto puede hacerse para muchísimos casos sencillos
de resolver, dejando a los jueces tradicionales para los casos más complicados.
La banca en línea es un ejemplo de la innovación para
mejorar el servicio al cliente usando robots, aplicaciones, teléfonos
inteligentes, mensajería, chatbots, chats en vivo y webcasts. Las plataformas de Cortes en Línea con todas
estas posibilidades existen con resultados exitosos para ciertas materias en
algunos lugares del Reino Unido, Canadá, Estados Unidos, China, Singapur y
Australia. Presentan dos fases: la
primera, asesora a los usuarios por medios telemáticos; y una segunda, más
avanzada, en la que es la inteligencia artificial quien administra
justicia. La mediación en todas sus
formas se impulsa durante el proceso.
Invertir en Cortes en Línea reducirá costos a los
contribuyentes y transparentará procesos judiciales, permitiendo despachar
mayor volumen de juicios. La solución no está en construir más edificios. La justicia es un servicio, no un lugar. La función judicial debe reinventarse en
concordancia con lo que el usuario de este siglo espera: servicio digital. Un
poder judicial eficiente y de este tipo obliga al ciudadano a comportarse,
previniendo el conflicto y sancionando todo tipo de actos delictivos, que es
justamente lo que nos hace falta.
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